¿Cómo elegir entre tanta controversia de salud y nutrición?

Si llegaste a este blog seguramente te interesa mucho el mundo de la salud, bienestar, nutrición, y seguro te has encontrado con mucha controversia y contradicciones.

Por cada gurú que dice que la mejor dieta es A, hay otro que dice que esa es malísima y la mejor es B (la que ellos practican)… Y cada mes sale alguna noticia que echa por tierra, lo que creíamos que sabíamos.

Por eso aquí te voy a enseñar a ELEGIR y distinguir lo que aplica para ti, entre tanta controversia de salud y nutrición… porque siempre la habrá y necesitas saber como manejarlo.

¿Qué tienen en común la mantequilla, el café, el vino, los microondas, el gluten, el celular y el aceite de coco?

Todos han tenido su momento de fama y de infamia, en la historia.

Quizá recuerdes una época en que la mantequilla fue sustituida por la margarina como algo más saludable y también de un momento en que te dijeron que era al revés (la mantequilla es mejor). Lo mismo pasa cada cierto tiempo con los huevos, las grasas vs. carbohidratos, etc.

El resultado de toda esta controversia, ese ir y venir de las opiniones en salud y nutrición, es más gente confundida.

¿Por qué no se pueden poner de acuerdo los profesionales del mundo Wellness?

La realidad es que si le preguntamos a 5 personas diferentes cuál es la mejor dieta o cuál es el mejor ejercicio, podríamos recibir 5 respuestas diferentes. Y si le preguntas a nutricionistas, médicos, coaches, etc. es posible que te den entre 2 a 5 respuestas también.

Estas diferencias ocurren porque:

  • Cada persona es un mundo, cada cuerpo y mente reacciona diferente a las cosas.
  • Evaluar la evidencia científica no es fácil. Los estudios suelen demorar muchos años en completarse, a veces se publican varios que parecen contradictorios y al pasar del tiempo siempre se descubren cosas nuevas que modifican lo que entendemos (esto es normal). Para interpretar adecuadamente la evidencia se requiere conocimiento suficiente sobre la materia en cuestión y sobre la metodología de los estudios.
  • Los profesionales cuando nos formamos una opinión lo hacemos en base a: la mejor evidencia disponible en un momento dado, la experiencia de nuestros pacientes y algunas veces nuestra experiencia personal.

Y te doy 2 ejemplos:

  • Hace décadas el aceite de coco se puso de moda; no solo para el cuidado personal (piel, cabello, etc.) sino para cocinar. Muchos coaches, nutricionistas y médicos se montaron en el barco, y algunos lo denominaron un “super-alimento”. Otros nunca lo apoyaron. Hace unos años la AHA (‘American Heart Association’), publicó un artículo diciendo que el consumo de aceite de coco en la dieta no era recomendado, por aumentar el riesgo cardiovascular.
  • Otro ejemplo es el gluten. El gluten cayó en la infamia hace años, declarado por muchos como enemigo público #1. Se escribieron muchos libros y se creó todo un movimiento. Pero esta misma organización (AHA), criticó la dieta libre de gluten; indicando que esta dieta puede, en algunos casos, aumentar el riesgo cardiovascular y de diabetes, por deficiencia de fibra.

En ambos casos la reacción en los medios fue enorme, y puso en apuros a muchos bloggers, gurús, etc. que habían hecho carreras basadas en teorías alimentarias específicas. Sin embargo, también hubo profesionales de la salud que contradijeron las declaraciones de la AHA.

Estas son situaciones difíciles, porque cuando hacemos algo parte de nuestro estilo de vida o nuestra identidad, cuesta abandonarlo.

Fórmula de las 4E - Project Wellness

¿Qué hacer cuando aparece una controversia sobre algún tema de Salud o Nutrición? Usar la Fórmula de las 4E

  1. Estudiar: revisa la literatura disponible, usando fuentes fidedignas… y ante la duda pregúntenle a un profesional de la salud de confianza.
  2. Experimentar: las cosas que te hagan sentido, pruébalas, consultando con tu médico o nutricionista, para evaluar el riesgo-beneficio y evitar tomarte riesgos innecesarios. Por supuesto que hay cosas con las que no se puede experimentar, pero donde se pueda y sea seguro, inténtalo.
  3. Evaluar: después de experimentar hay que evaluar, cuáles fueron los resultados de esa prueba. ¿Obtuve los resultados deseados? ¿Hay beneficios a largo plazo? ¿Tuve algún efecto negativo? ¿Lo abandoné porque me aburría?
  4. Elegir: con la información obtenida al evaluar diferentes modalidades (de dietas, ejercicios, etc.) entonces puedes elegir con qué te quedas. Siendo consciente de que todo en esta vida cambia. Cambia la evidencia, cambia el ambiente y cambian nuestros cuerpos; así que es posible que más adelante te toque hacer ajustes.

¿Y qué hacemos ante nueva controversia? Usamos la fórmula nuevamente: Estudiar, Experimentar, Evaluar y Elegir. Lo importante es que no te compliques, no te amargues y que siempre estés trabajando por tu salud y bienestar, porque eso es empoderamiento en salud y eso es Wellness.

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